Habemus debatem

Habemus debatem y yo lo pienso ver. Ya sabéis que soy rarita.

Es cierto que mi interés por lo que van a “comunicarnos” es de cero. Todos sabemos perfectamente lo que nos van a contar. Ambos tienen la solución al paro, este mal que enferma al país cuyos efectos mas importantes son la desilusión y la desesperanza. Ambos tienen la solución a la crisis y los dos se lo han estado callando durante años. Ambos tienen las claves para mantener las pensiones, y para ello, aún siendo todos los españoles IGUALES los de siempre, los que se dejan la piel por el país, van a trabajar dos años más, hasta los 67, mientras otros tienen la gran ventaja de
jubilarse con cincuenta y tantos o incluso antes. Ambos luchan por la educación pública pero ninguno dota a dicha educación de los medios necesarios para que sea de calidad. Ambos lucharán por las mujeres pero ninguno dirá que sólo los pantalones que llevan tienen el mismo coste que la pensión mensual de muchas viudas. Los dos tendrán la clave para disminuir la delincuencia pero la ley sigue amparando a asesinos confesos que se aprovechan de los derechos que ellos no han dado a los demás, de ladrones que pueden robar cientos de veces lo que a ellos les supone muy poco pero que para otros puede ser lo que tienen para poder sobrevivir humildemente. Ambos nos asegurarán ser el mejor candidato a mejorar la situación de un país, aunque uno mire a la derecha y el otro a la izquierda, ya no es cuestión de colores ni de ideas. Ambos culparán al contrario de la burbuja inmobiliaria sabiendo que dormirán tranquilos, por los siglos de los siglos, porque ese tema le tienen bien solucionado. Nos hablarán de autonomías y sus funciones, de ayudas sociales y sus soluciones de sanidad y nuestros derechos y lo conseguido en anteriores legislaturas y … bla, bla, bla.

 Son capaces de hablar de Eta, lo son. Se pondrán en nuestra piel durante el tiempo que dure un absurdo debate porque son muy solidarios y saben lo que es pasarlas…mal para llegar a fin de mes. Porque llevan a sus hijos a colegios públicos, porque no sabrán si el jefe cerrará la empresa la semana que viene, porque saben lo que es no poder ni salir de vacaciones, porque han sido maltratados, porque van a hospitales públicos, porque compran en la tienda del barrio, porque están pagando el coche de segunda mano, porque les ha subido la hipoteca del estudio en el que viven… ¿qué digo estudio? El pisito de alquiler con derecho a compra que les ha concedido el ayuntamiento del lugar.
Los escucharé con apatía, sabiendo que ninguno va a cambiar mi opinión a la hora de votar, que ninguno va a convencerme de nada, que ninguno me agrada y el día 20 de Noviembre votaré a quien quiero, a una minoría que merece mi confianza, digan lo que digan aquellos que quieren convencerme de que mi voto será inútil y sólo ayudará a la derecha. Y vuelvo a repetir: “Que hagan bien su trabajo que para eso cobran. Que me convenzan de verdades y no me reafirmen en sus mentiras. Que devuelvan la ilusión a la gente que les paga. Que luchen por el indefenso, por el que los necesita. Que castiguen a especuladores y chorizos, de los que España está llena. Que hagan justicia, real, en igualdad. Que sean legales y trabajen en lo que tienen que trabajar. Que reconozcan sus errores y no culpen a los demás de la ineptitud propia. Cuando hagan todo eso los votaré. Mientras, mi voto valdrá poco pero seré leal conmigo misma”.

 Mucha suerte señores, por desgracia, la van a necesitar. Mañana el mundo seguirá igual.

 

Iba a cambiar la música de fondo pero el debate que veré esta noche será la historia de dos fantasmas luchando por gobernar un castillo. Una historia de terror basada en hechos reales .