LA DÉCIMA

No estaba muy segura de cual sería el resultado del partido, el Atlético había tenido un de los mejores años años de su historia, incluso consiguiendo que el BarÇa perdiera la liga en su propio campo. El rival era fuerte y los atléticos arrastraban ganas, muchas ganas, eran los campeones, por encima de equipos que le doblaban el presupuesto.

Tampoco estaba segura de querer ver el partido que soy yo de talante tranquilo y las alteraciones de ese tipo dejan huella en mis nervios durante demasiadas horas. Lo hice, me reuní con los míos para sufrir con gusto.

El primer gol del partido ya me hizo darme cuenta que aquello no iba a ser fácil. Un despiste absurdo hizo que aquella calma que intentaba mantener se tornara en impaciencia, y es que mi equipo no estaba comportándose como debería. Que llevaba varios lesionados, también hay que decirlo, pero esas excusas no sirve cuando se persigue la DÉCIMA desde hace ya mas de 12 años.

Acabó el primer tiempo sin haber conseguido devolverme la esperanza, y mira que no soy yo negativa, mas bien lo contrario, pero un equipo tan tocado con el mío contra otro que parece comerse el mundo, bueno y que son bastante "duros" a la hora de defender, siempre los he visto así. 

Estaba todo perdido, mis esperanzas agotadas, mis ilusiones dormidas cuando de pronto, cuando nadie se lo esperaba ... San Sergio Ramos nos devuelve en un segundo lo que ya nos parecía un milagro. Y es que hay veces que le mataría pero otras te le comes a besos. Y para santo, Sergio, que Casillas anda ya medio por los infiernos por ciertos fallos que han hecho mucho daño a la afición. Y eso que casi nos le comemos cuando por tonterías de su impulsividad le sacan una tarjeta totalmente innecesaria y que, supuestamente, le atenazaría el resto del partido.

Pues no, porque si algo tiene Sergio es coraje y lucha, y lo mismo que se encara con el rival por esa entrada a un compañero es capaz de poner su cabeza en el sitio justo y con la fuerza necesaria.

GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLL, era el segundo y mi gente saltaba incrédula sin saber a quien abrazarse, y yo, tonta de mí miraba a los atléticos con las manos en la cabeza y la desesperación de saber que se les había ido de la mano el mas grande de sus sueños, y es que eran sabedores de que ya no tendrían fuerzas para superar la prórroga, que se habían dejado la piel y los músculos parando a su equipo rival una vez tras otra.

Y vino otro gol y otro, la Décima era nuestra definitivamente, y es cuando sientes que lo sufrido valía la pena, que en este momento sabes lo que es llorar de felicidad y no puedes evitarlo, ni quieres que mañana será otro día y volverá la rutina y lo demás. Que somos campeones, leches!

   ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡  CAMPEONES !!!!!!!!!!!

 ¡¡¡¡ Gracias Sergio!!!!